La retórica en el discurso de los Derechos Humanos
Resumen
La reforma constitucional de los derechos humanos, según los juristas especializados, es la innovación más importante que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 ha sufrido en sus más de 100 años de existencia. Si bien es cierto, numerosos son los estudios que profundizan en el impacto de dicha transformación legislativa en la vida jurídica nacional, más cierto es que poco o nada se ha discutido la relación que guarda respecto al discurso retórico emanado de la misma.
Siguiendo a Aristóteles, la retórica ha de orientarse al convencimiento a través de razones y no en una mera persuasión por la manipulación de las emociones del auditorio, como fue utilizada en la Antigüedad por los sofistas, considerándola como una habilidad argumentativa y un arte de la sugestión, que ha tenido desde siempre una utilidad innegable. A través de la retórica se crean discursos, por ejemplo, el de los derechos humanos, el cual es ampliamente recurrido en el campo de la política profesional y al ser considerado un instrumento práctico debería emplearse para expresar la verdad, sin embargo, también puede advertirse su uso para lo contrario, esto es, la creación de sofismas que llevan consigo intereses de poder, como es el caso que nos ocupa.
El discurso de los derechos humanos en México se ha convertido en un cúmulo de disertaciones políticas que intentan demostrar una realidad utópica, no de forma inocente, ni mucho menos involuntaria, ya que quien controla estos mensajes, crea escenarios hipotéticos ideales, e impone su voluntad, protegiendo intereses y lógicas hegemónicas, alejándolos de su fin protector o garantista, convirtiéndolos en demagógicos, en aras de alcanzar aceptación y afinidad pública al proyecto político al que se alinee, a través de falsas promesas sobre la efectiva aplicación de tales derechos.